martes, 4 de noviembre de 2014

Las mujeres en la vida de Alejandro Magno.

Alejandro Magno ha sido uno de los más grandes gobernantes de la historia, no solo sus tácticas de guerra han sido aclamadas y reutilizadas a lo largo de la historia sino que también lo han sido su vida, sus relaciones y la manera en que se veía a si mismo. En esta entrada vamos a mirar específicamente la vida de Alejandro Magno sino en algunas de las mujeres que lo rodearon desde su infancia, como su mamá, hasta ya alcanzada su madurez. Estas mujeres no fueron simples miembros de su familia sino que cada una a su manera lo afectaron a él y a la Mesopotamia de los 300 a.c., cada una utilizando sus intereses personales y políticos


Para empezar esta entrada se ubicará en la antigua Mesopotamia expandida por Alejandro Magno, esto quiere decir una unificación de oriente con el occidente como nunca antes se había visto, Así las campañas de Alejandro dominaron hasta la india, Egipto y un poco de lo que hoy se conoce como Europa. Gracias a la obsesión de superar a su padre: Filipo II.

Conquistas de Filipo II

Rutas de las batallas y conquistas de Alejandro Magno.


Historia e imágenes


La primera mujer que marca para siempre la vida de Alejandro es su propia madre, Olimpia. Originalmente llamada Polixena honrando su supuesta descendencia de Aquiles, después de casarse con el rey de Mesopotamia y padre de Alejandro: Filipo II se cambia el nombre a Mirtale, sin embargo el día en que Alejandro nace, el rey gana una importante batalla en Olimpia por lo que la reina se vuelve a cambiar el nombre por Olimpia para conmemorar la ocasión, este fue el nombre con el que vivió la mayoría de su vida, no es sino después a que Alejandro muera y empiezan una serie de luchas por el poder que se vuelve a cambiar el nombre por Estratonice, nuevamente haciendo referencia a una victoria en una batalla a favor de su nieto Alejandro IV.

A Olimpia la describen como una mujer bella con un fuerte sentido religioso, hacía parte de los ritos orgiásticos que se hacían en honor a Dionisio, equivalente al dios Baco del vino y la fiesta. Al quedar embarazada difundió el rumor de que fue Zeus y no Filipo el padre del bebé, al apoyar este argumento prácticamente toda su vida, Alejandro como consecuencia siempre tuvo una especie de "delirio" de divinidad, buscando no solo el poder sino elementos que probaran que podía ser un dios en la Tierra. Alejandro siempre fue unido a su mamá, elemento que se prueba en el año 337 a.c. cuando Filipo la abandona y desposa a una nueva mujer, en este punto Alejandro se pone de lado de su madre y se va con ella del palacio. Debido a esta deshonra se cree que Olimpia sería la autora intelectual del asesinato de Filipo, aunque lo que sí se sabe es que después de que este muriera mandó a asesinar a su nueva esposa y a su hijo, aún bebé, para asegurarle el poder a su querido hijo.



Representación de Olimpia

Alejandro Magno

Filipo II.

También en Alejandro tuvo que tener una gran efecto la activa participación sociopolítica de su abuela paterna Eurídice, quien en vida actuó a favor de la educación de la mujer de macedonia y aunque muchos la tacharon de hechicera se mostraba ante Alejandro como una figura de respeto. Otra mujer que estuvo constantemente a su lado y en la que confiaba plenamente era su hermana Cleopatra, quien siguió por la línea religiosa al igual que su madre y abuela, sin embargo, una vez Alejandro muere y siendo ella presa fácil para ser desposada por cualquier hombre con deseos de ser el nuevo regente fue asesinada en el año 308 a.c.


Después de que Alejandro creciera y empiezan las campañas de conquista por Asia, Egipto y Europa estuvo constantemente rodeado de mujeres, con las cuales tuvo varios encuentros amorosos y varios hijos tanto legítimos como ilegítimos que, despues de su muerte, se consideran posibles candidatos a heredar el poder causando que muchas veces tanto ellos mismos como las madres fueran asesinados. Entre las principales esposas de Alejandro estuvieron Roxana y Estatira.


Alejandro contrajo matrimonio con Roxana en el año 327 a.c, aunque no está claro de si esta unión fue producto del amor o de un plan político de unificarse con las tierras conquistadas, en este caso el reino de Sogdiana. Roxana engendra un hijo de Alejandro y después de la muerte de este es protegida por Olimpia, quien consideraba a su hijo como su nieto legítimo y, por ende, el heredero al trono; a pesar de los esfuerzos de Olimpia por protegerlos tanto Roxana como su hijo son asesinados en el año 309 a.c.


Portada del libro "Roxana: El último amor de Alejandro ;Agno" de la autora Joséphine Deder.
Aunque Roxana si le da un heredero a Alejandro, no fue algo inmediato lo que, sumado a que no era muy apreciada por la corte por no ser princesa, impulsó a Alejandro a buscar una nueva esposa, hallándose en Estatira. Hija mayor del rey persa Dario III, conocida por ser una mujer culta incluso en el griego, es capturada por Alejandro junto a su abuela en una de las campañas pero, contrario a torturarlas, Alejandro la protege. A diferencia de Roxana Estatira queda prontamente embarazada de Alejandro, colocando en riesgo la legitimidad del hijo de Roxana al trono por lo que esta última la manda a asesinar junto a su hijo en el año 323 a.c.



Para concluir se puede ver, en primer lugar, la activa pero aun así oprimida papel de las mujeres, aunque cada una toma decisiones definitivas según sus creencias, sus figuras siempre están determinadas por los hombres a sus lados. En segundo se nota la trama política que se puede llegar a crear cuando un gran comandante, adorado por su pueblo, fallece; las relaciones de poder quedan prácticamente destruidas y los complot por ver quien es digno de seguirle los pasos Alejandro se vuelven siniestros al no importarle a nadie la vida de los demás.


Bibliografia:
- Sánchez, M. T. B. (2013). La influencia de las mujeres en la vida de Alejandro III. In V Congreso virtual sobre Historia de las Mujeres (p. 5). Archivo Histórico Diocesano de Jaén.
- Bosworth, A. B. (2005). Alejandro Magno. Ediciones AKAL.
-Sículo, D. (1986). Alejandro Magno (Vol. 4). Ediciones AKAL.